Chicha tu madre! : ya llegó el perreo chacalonero

Chacalón Jr. es el infame. Heredero del fallecido Chacalón, rey de la chicha e ídolo musical del pueblo Peruano, el junior se lanza al ruedo para preservar el negocio familiar y logra bajar un escalón más en la nefasta carrera hacia la deshinibición sexual colectiva con una pobre mezcla de cumbia chichera, reggaeton y frases primitivas, sopa a la cual ha bautizado como Perreo Chacalonero.

El nuevo baile, regándose en este momento como virus a través de videos amateurs posteados en YouTube y en blogs de fanáticos y detractores, tiene la particularidad de llevar el ya lascivo perreo a extremos insospechados. Las reglas del baile se resumen en una sola frase: "A tirar papito, pero con ropa". Con la interior, al menos.
Al parecer, Chacalón Jr. -pilas que estos Chacalones son todo un clan con presentaciones en Italia, violencia entre familia y telenovela de alto rating- está dedicado al marketing duro duro duro llevando su baile fuera de las fronteras del Perú, al parecer, con bastante éxito y polémica (que a la larga es lo mismo).

En un relativamente pequeño grupo de Peruanos marginales, en su mayoría ignorantes y aferrados a una larga y bizarra tradición de cumbia y sonido chichero, podríamos aceptar que la música de Chacalón genere una movida, muy aparte que esta sea de aceptación o rechazo.
Ahora, que el Perreo Chacalonero multiplique adeptos a lo largo de América en un abrir y cerrar de piernas (las últimas noticias lo ubican a Chacalón Jr. y a su hermano Chacaloncito con los ojos puestos sobre las tierras del Bush) y que de buenas a primeras las familias en pleno empiezen a zarandearse como si estuvieran sobre la king size, son muestras de la velocidad con que se extienden las modas virales de la era internet, y nos permiten admirar en todo su esplendor nuestra risible represión sexual y los estragos que causa al momento en que decidimos colectivamente deshacernos de ella.

Con un nivel de composición que hace sonar al reggaeton como música de cámara y movimientos que dejan a la lambada parqueada dentro de una iglesia, el nuevo baile-que-todos-quieren-bailar-pero-sin-que-te-enteres nos deja, más rápido que tarde, un sabor de boca irónicamente parecido al de la chicha: amargo.

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Para muestra solo hace falta un botón, pero yo les regalo dos. El primero es el video filmado en Lima del Perreo Chacalonero original, sin censura, en donde Chacalón Jr. hace de gran incitador en una orgía bailable que puede resultar chocante para ciertas almas en pena y atractivo para las que andan en peña.



La joya, sin embargo, es el Perreo Chacalonero infantil. El detestable cliché de sobran las palabras, véalo usted mismo, nunca me pareció tan bien aplicado como en esta ocasión.