4.08.2009

You can call me black



Texto aparecido originalmente en mi columna Kultura Urbana, en la edición #34 (Africana) de BG Magazine.

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1986 no es bonito. Paul Simon ha lanzado Graceland y Chevy Chase canta en Mtv You can call me Al, epítome de lo que pronto el mundo conocería como world music. La banda sonora para pensarse bailando por 45 minutos entre sabanas y desiertos fue armada por un clan de músicos líderes africanos de cuyos nombres no quiero acordarme. Siempre pensé que alguien debió recordarle a Simon de que color era su caballo blanco, sin embargo, la loca historia de la música muestra que la tendencia occidental de inspirarse fuera de casa no empezó, ni terminó, con el pequeño Paul.


TALKING HEADS
Vecinos de Blondie y Ramones, marcaron su separación de la camada desde su primer álbum, 77. Como diamantes en bruto, los polirritmos africanos fueron la base del juego de David Byrne, llevándolo a dominar un funk denso que exitosamente vendió como posmodernas canciones populares a lo largo y ancho de los ochenta.
Disco clave: Remain in light (1980)


THE CLASH

Aunque arracaron disparando a pájaros durante la primera oleada punk, Mick Jones & Cia. se hundieron en reggae, dub e incluso hiphop antes que alguien sepa cómo llamarlo. En cuatro años cambiaron las calles grises de Londres por manifiestos en pro de la raza negra y un disco triple que rendía tributo a Nicaragua. Su militancia salvaje y la creciente perplejidad del público terminó destruyendo a la que hasta hoy se conoce como la “única banda que importa”.
Disco Clave: Sandinista! (1980)


BEASTIE BOYS
Muy por encima del bling bling y el bang bang, estos gringos de gafas extra-large entran a su tercera década como embajadores del hiphop hecho por blancos. Hoy los músicos que acompañan a los 3 chiflados del rap completan una cuasi orquesta que reclama el sonido afro a través del funk y el jazz, aderezando con timbales y congas el verbo de una banda que hace rato dejó de luchar por su derecho a enfiestarse.
Discos clave: Paul's Boutique (1988) / The in sound from way out! (1996)


VAMPIRE WEEKEND
El pop de Senegal como influencia para cuatro preppie kids. Allí donde Byrne experimentaba con oscuros ritmos sincopados, los vampiros invocan tamborileos de puro pop perfecto. Sus temas traen nombres como Cape Cod Kwassa Kwassa y son la banda más caliente del momento en los clubs de New York y en las pantallas de los blogs.
En este mismo instante, algún crítico corre a registrar el apelativo "african rock" como propio.
Disco clave: Vampire Weekend (2008)

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